1. Abrir los ojos
Por lo general, el acoso no sucede cuando el profesor está presente, por lo tanto debes estar muy atento a cualquier cambio en tus alumnos. Las zonas comunes (los baños, los pasillos, el comedor, las escaleras...) y las actividades extracurriculares suelen ser los puntos en los que se produce el acoso. Ten en mente estas áreas "ciegas" y vigílalas.
2. Escuchar y respetar
Si un alumno se acerca a ti para comentarte que se siente mal debido a alguna actitud de sus compañeros, no le restes importancia. Escúchale, respeta sus sentimientos y créele. Muchas veces el peor error que cometemos los adultos es subestimar lo que los niños nos cuentan, pensando que se trata de "cosas de niños" cuando en realidad el acoso escolar es un asunto que reviste suma gravedad. Presta especial atención al niño o niña en cuestión, observa su relación con los demás niños y determina si se ha tratado de un hecho aislado o de una situación reiterada en el tiempo.
3. Enseñar a los niños a actuar
Es habitual escuchar que en los casos de acoso escolar, el último en
enterarse de la situación ha sido el profesor. Es decir que los
compañeros estaban al tanto de la situación y sin embargo, no informaron
al respecto. Por este motivo es sumamente importante enseñar a los
niños y niñas a ayudar a la víctima.
Explicarles que observar una situación de acoso y no hacer nada, nos convierte en cómplices. Educar a los pequeños desde edades tempranas es una de las mejores maneras de prevenir el bullying o frenar una situación de acoso.
¿Por qué? Pues sencillamente porque si no hay cómplices, la posición
del acosador se debilita y la de la víctima se fortalece al estar
acompañada.
4. Estar al tanto de lo que sucede fuera de las aulas
Las pintadas en los baños, el aislamiento de un niño o niña durante el recreo o la comida, los rumores, las risas o burlas cuando un niño habla en clase...Estas pequeñas cosas pueden servir de termómetro de un curso y ayudar a detectar situaciones de acoso.
5. Reaccionar y actuar con celeridad
Si sospechas que existe una situación de acoso en tu aula, ¡actúa! Cada colegio tiene (o debería tener) un protocolo establecido en caso de acoso. Como profesor, debes conocerlo como la palma de tu mano y ponerlo en marcha ante la menor sospecha. Habla con los niños que acosan, pon normas a respetar y realiza un seguimiento para saber si se cumple o no lo pautado.
6. Hablar con las familias
Frente a una situación de acoso es importante que las familias participen de la solución. Comunícate con cada familia por separado, tranquilizando a la familia de la víctima y demostrando que estás trabajando para ayudar a su hijo o hija mientras que trabajas en colaboración con la familia del acosador para modificar la actitud del niño o niña. Ambas familias deben conocer la situación y los pasos que se están siguiendo para solucionar el problema.
7. Trabajar la temática del acoso en clase
No esperes a que se presente una situación de bullying en tu aula: trabaja de manera proactiva la problemática utilizando cuentos y juegos. Los niños concientizados reaccionarán mejor ante un problema, por ejemplo no sirviendo como cómplices al acosador.
8. Fomentar la empatía
La empatía en los niños es fundamental para que sepan "ponerse en los zapatos del otro". Entender cómo puede sentirse una persona frente a un maltrato es el primer paso para evitarlo.
9. Conocer a tus alumnos
Tomáte el tiempo para analizar a tus alumnos: ¿quién es más retraído?, ¿quién tiene problemas en casa?, ¿quién es líder? Toda la información psicológica que puedas recabar de ellos te ayudará a conocer a tu grupo y a poder detectar desequilibrios de poder que hieran a algún pequeño.
10. Colocar carteles en el aula
Parece una tontería pero no lo es. Trabajar los valores en clase y colgar carteles hechos por los niños y niñas es un buen recordatorio de lo que es correcto y lo que no.

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